Hay muchas cosas de la vida que me preocupan y la mayoría de ellas tiene relación con la creciente separación que el hombre ha hecho de la naturaleza. Hace varios años ya que la sociedad se ha puesto alerta con este tema porque ha visto los desmadres que la misma, en nombre del progreso, ha provocado.

Particularmente hoy día, en el contexto del especial de esta semana, quisiera expresar lo que siento con respecto al poco respecto por la vida que manifiestan políticos, personas con poder y corporaciones económicas.

Una de las cosas que más me preocupan es que lo que vuela libre por el aire, fluye libre por el agua y se dispersa libre sobre animales, pueda llegar a tener dueño. Peor aun, que ese dueño sean corporaciones monstruosas cuyo último objetivo, al contrario de lo que profesan, es salvar el mundo.

El arte de seleccionar y guardar semillas de plantas que sirven como alimento es una práctica ancestral que nuestros abuelos y bisabuelos comenzaron hace miles de años de domesticación y coevolución, agradeciendo a la tierra por cada cultivo brindado, y respondiendo con ofrendas. Cultivar, como decía una maestra espiritual del Ecuador, es ayudar a la tierra a parir. Es algo sagrado. Y así se consideró siempre el acto de guardar los frutos de ese nacimiento, la semilla que luego daría vida a una nueva vida.

Los guardianes de semilla de todo el mundo mantienen una relación estrecha con la naturaleza; pero no es algo nuevo sino que algo que nunca perdieron; la conexión, el ser parte; la unión.

Estas semillas son parte de mi banco de semilla, el cual, antes de partir de viajes, estuve repartiendo como la repartición de los panes, a distintos guardianes de semillas, quienes se preocuparán de reproducirlas e intercambiarlas libremente, de manera de hacer crecer, con responsabilidad y respecto, la biodiversidad de este legado.

Sobre las preocupaciones de las que partí hablando en este post, creo que para cambiar las cosas hoy en día no hace falta solamente de movimientos sociales y conocimientos de la ciencia, que influencian de manera efímera sobre los tomadores de decisiones. Hoy, más que nada, hace falta elevar el nivel de conciencia y volver a hacernos parte de aquello de lo que nos hemos querido apoderar; la naturaleza.

Si quieren entender más como nos afecta la ley sobre obtentores vegetales, les dejo este link, donde está muy clarito:

http://daniel.degu.cl/blog/chile-y-la-propiedad-de-las-semillas