En el planeta hay plantas que se han adaptado a vivir en distintas condiciones de temperatura y humedad. Las plantas que no logran sobrevivir en un determinado ambiente, como por ejemplo en la alta cordillera, mueren sin dejar descendencia, quedando en estos lugares solo aquellas plantas que si lograron adaptarse a las condiciones de extremo frío, nieve y congelamiento de agua en invierno. Son plantas especiales, que han desarrollado ciertas estructuras en sus células que les posibilitan aguantar el congelamiento sin morir.

Al usar plantas nativas en jardinería, es muy común en la zona central poner especies del desierto ya que tienen flores vistosas y consumen poca agua. Pero no se ha tomado en cuenta que las plantas nortinas como el carbonillo (Cordia decandra), alcaparra (Senna cumingii), plumbago (Plumbago caerulea) o flor del minero (Centaurea chilensis), crecen en el desierto costero, en lugares donde las temperaturas son más estables por la influencia del mar, por lo tanto no hiela. Y en el valle central si hiela, y mucho. Por lo tanto estas plantas en invierno sufren bastante. Es verdad que rebrotan, pero ahí está la importancia del cuidado que uno debe tener con las plantas nativas, pues aunque sean nativas de Chile, puede que no sean nativas del lugar donde se esté trabajando, y eso a fin de cuentas, es lo más importante al trabajar el paisajismo nativo, usar plantas originarias del lugar donde se esté proyectando. Rescatar el valor de la flora verdaderamente autóctona.